Qi, ciencia y campo electrico humano

Aunque la evidencia es alta, el escepticismo acerca del Campo Energético Humano, toma formas muy extrañas; su aplicacion amplia en gran cantidad de experiencias , equipos y procedimientos cientificos es ignorada o desdeñada al aplicarse este mismo conocimiento a la explicacion de los fenomenos paranormales o a las llamadas terapias alternativas.

Desde hace tiempo se sabe que las células y los tejidos generan un campo eléctrico que se puede medir en la superficie de la piel. Pero, las leyes de la física afirman que cualquier corriente eléctrica genera un campo magnético correspondiente en el espacio.
Dado el hecho que estos campos magnéticos son demasiado pequeños para ser detectados, los científicos asumieron que dichos campos no podían tener una importancia fisiológica.

Esta situación empezó a cambiar en 1963. Gerhard Baule y Richard McFee, del Departamento de Ingeniería Eléctrica, Universidad de Siracusa, Siracusa NY, detectaron el campo biomagnético proyectado por el corazón humano utilizando dos electroimanes de 2 millones de vueltas de hilo cada uno, conectados a un amplificador muy sensitivo.

En 1970, David Cohen de MIT, utilizando el magnetómetro SQUID, confirmó los resultados concernientes al corazón.
En 1972, Cohen, había mejorado la sensibilidad de su aparato, lo que le permitía medir los campos magnéticos producidos por la actividad del cerebro, alrededor de la cabeza.
Seguidamente, se descubrió que todos los tejidos y los órganos producen pulsaciones magnéticas específicas, que son ahora conocidas bajo el nombre de campos biomagnéticos.
Los exámenes tradicionales, como el electrocardiograma y electroencefalograma, se completan ahora por exámenes biomagnéticos llamados magnétocardiograma y magnétoencefalograma.
Por distintas razones, el estudio del campo magnético alrededor del cuerpo, da indicaciones más exactas sobre la fisiología y la patología que el estudio del campo eléctrico.
La patología altera el campo biomagnético... Esto tiene tiene una importancia capital y es el fundamento de los hallazgos milenarios sobre el Qi y la llamada Medicina energetica.
En los años ’20 y ’30, Harold Saxon Burr, eminente investigador de la Escuela de Medicina de la Universidad de Yale, sugería que se puede detectar las enfermedades en el cuerpo energético antes de que los síntomas aparecieran.
Estaba convencido también de que se podría evitar las enfermedades alterando el campo energético.
Estos conceptos, que entonces parecían demasiado prematuros, son hoy confirmados por los laboratorios de investigación médica en todo el mundo. Científicos utilizan aparatos SQUID para realizar cartas de las alteraciones del campo magnético alrededor del cuerpo debido a las enfermedades.
Otros, aplican campos magnéticos pulsantes para estimular la curación.
Una vez más, personas sensitivas han descrito estos fenómenos desde hace tiempo, pero no había una explicación lógica del proceso.
La proyección de energía por las manos de "curanderos - terapeutas" es entonces al menos una posibilidad cientifica y ya no puede ser ignorada.
Al principio de 1980, el Dr. John Zimmerman empezó una serie de estudios sobre el toque terapéutico, utilizando un magnetómetro SQUID, en la Escuela de Medicina de la Universidad de Colorado, en Denver. Zimmerman descubrió que un enorme campo biomagnético pulsante emanaba de las manos de un practicante de toque terapéutico. La frecuencia no era estable, sino "barría" sobre un segmento de 0,3 a 30 Hz (ciclos por segundo), con una parte importante de su actividad alrededor de 7 – 8 (en http://www.hippocampus-brt.com/)
Las pulsaciones biomagnéticas de las manos están en la misma frecuencia que las ondas cerebrales. !!!
Los estudios científicos de las frecuencias necesarias para la curación indican que las ondas cerebrales "barren" constantemente todo el segmento de frecuencias terapéuticas, estimulando de esta manera la curación en todo el cuerpo.
La confirmación de los descubrimientos de Zimmerman llegó en 1992 cuando Seto y sus colegas, en Japón, estudiaron a practicantes de distintas artes marciales y de otros métodos de curación. La emisión de "Ki" de sus manos era tan potente que se podía medir con un simple magnetómetro que consistía en dos electroimanes de solamente 80 000 vueltas de hilo

2 comentarios:

  1. Luis:
    Tu blog emite energía desde las propias imágenes y contenidos que cubre todo el espectro cromático.
    Te respondí tu mail. Abrazo

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  2. ¡Hola, Luis! Encantado de leerte de nuevo. Es factible ir comprobando, cada vez con más medios técnicos, cómo lo que siempre ha funcionado como 'sanación', a través de la aplicación de las manos con una intención clara y pura, va explicándose con el lenguaje de la Ciencia.

    A mí, que he partido del mundo científico de una Facultad de Medicina, y que me he orientado hacia una de las partes más denostadas por la Medicina, como es la Sanación, cada vez tengo menos necesidad de 'comprobar' científicamente lo que hago (aún se esconde en un rinconcito de mi ser, una parte residual de esa necesidad, latente en el 'alma' de toda persona educada por la Ciencia...).

    Salud para ti y los tuyos.

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