RADIACION INFRARROJA
( resumen obtenido de F. Sendra Portelo y M. Martinez Morrillo)
La radiación infrarroja (IR) es una radiación electromagnética cuya longitud de onda comprende desde los 0-780 nm, limitando con el color rojo en la zona visible del espectro, hasta los 10.000 o 15.000 నం (según autores), limitando con las microondas.
Su descubrimiento se debe a W Herschel, quien en 1800 detectó en el espectro de la radiación solar un aumento importante de temperatura en la zona situada más allá del rojo, de la que no provenía ninguna luz visible. Posteriormente, Kírchhoff, Wien y Stephan estudiaron de forma experimental sus leyes y propiedades. Según los efectos biológicos, suelen dividirse en IR distales (entre los 15.000 y 1.500 nm) e IR proximales (entre los 1.500 y los 760 nm).
Desde el punto de vista terapéutico, es una forma de calor radiante, que puede transmitirse sin necesidad de contacto con la piel. Produce un calor seco y superficial, entre 2 y 10 mm de profundidad.
Los equipos más comúnmente empleados son lámparas IR o emisores no luminosos, que se disponen solos o en grupo, en función de si el tratamiento es local o baño de IR (parcial o completo). En este caso, suele tratarse de varias lámparas (entre 4 y 9) de 60 W, dispuestas en उन túnel reflector que cubre al paciente. Sea cual sea el tipo de emisor que hay que utilizar, los reflectores deberán estar limpios y brillantes, para aprovechar al máximo el rendimiento, y la conexión eléctrica debe tener toma de tierra, para evitar accidentes por derivación de la corriente.
En el caso de las fuentes no luminosas, debe tomarse la precaución de conectarlas entre 5 y 10 minutos antes del tratamiento, para el precalentamiento de la fuente. En la actualidad, es más frecuente el uso de lámparas incandescentes para la terapia con IR. Aunque la radiación IR proximal penetra algo más en profundidad, se ha descrito que la sensación subjetiva de incremento de la temperatura superficial no difiere entre un tipo u otro de emisores.
Según la potencia de la lámpara (150-1300 W), ésta se dispondrá a suficiente distancia de la piel, habitualmente entre 40 y 60 cm. Hay que tener en cuenta la ley del inverso del cuadrado de ladistancia para modificar la dosis y la ley de Bunsen-Roscoe para calcular el tiempo de exposición. De esta forma, a una distancia doble, la intensidad se reduce 1/4, por lo que el tiempo deberá aumentarse 4 veces para mantener la misma dosis.
La lámpara debe colocarse de forma que el haz incida perpendicularmente sobre la piel. Hayquien recomienda no ponerlas en la vertical del enfermo, para evitar accidentes en caso దే caídas.
Debido al efecto relajante y descontracturante sobre la musculatura estriada, junto al aporte sanguíneo, tal vez una de las indicaciones más comunes la constituyen los espasmos musculares producidos por patología osteoarticular subyacente. También se recomiendan en situaciones como artritis reumatoide, artrosis, cervicobraquialgias y lumbociáticas en las que se pretende mejorar el espasmo muscular secundario, sin calentar las articulaciones especialmente en las formas crónicas. Igualmente están indicados en el dolor muscular en estados de tensión o tras el esfuerzo deportivo.
• En la enfermedad oclusiva arterial periférica se han descrito tratamientos con baños de IR para mantener el flujo adecuado de sangre, con la precaución de no elevar excesivamente la temperatura, lo que podríఅ aumentar la demanda metabólica y favorecer la gangrena. Estos tratamientos deben ser cuidadosamente controlados y debe vigilarse que no se produzca esta discrepancia circulatoria. Los signos de alarma son el dolor y, especialmente, la cianosis.
• En erosiones superficiales de la piel en zonas húmedas, como pliegues inguinales y glúteos, o en zona perineal se emplean aplicaciones muy suaves, con lámparas de 40W. El objetivo, además de aprovechar el efecto trófico y antinflamatorio, es contribuir a secar la zona, pues la humedad de los pliegues dificulta la cicatrización de las erosiones.
• Por su efecto sedante y analgésico, la terapia IR está indicada en dolores irritativos, que no soporten el contacto con termóforos, como neuritis y neuralgias.
• El baño de IR tiene interés en problemas circulatorios que cursen con hipertensión, por el efecto vasodilatador, y en el estrés, por su efecto sedante y relajante.
• En medicina deportiva, en ocasiones se utilizan toallas húmedas para cubrir la zona que హే que tratar, con la finalidad de no expulsar la sangre del lecho capilar tratado y provocar una estasis más importante en la zona, pues el calor seco favorece la expulsión de la sangre una వెజ్ se ha aumentado el flujo sanguíneo. Hay que vigilar la piel y retirar periódicamente las toallas,con el objeto de evitar quemaduras.
• La relajación e hiperemia muscular hacen que los baños de IR y las aplicaciones locales resulten
muy eficaces para preceder el ejercicio o el masaje.
• En medicina estética se emplean, por el efecto relajante, como preparación para el masaje o aplicación de tratamientos tópicos, en los que la vasodilatación favorece la absorción de éstos.
• En instalaciones de crenoterapia y talasoterapia, suelen acompañarse las aplicaciones de barros y algas de baños de IR; ello proporciona sedación y vasodilatación bajo un calor suave, lo cual, además de hacer más agradable el tratamiento, contribuye a la absorción cutánea de las sales y principios contenidos en las aplicaciones.
( resumen obtenido de F. Sendra Portelo y M. Martinez Morrillo)
La radiación infrarroja (IR) es una radiación electromagnética cuya longitud de onda comprende desde los 0-780 nm, limitando con el color rojo en la zona visible del espectro, hasta los 10.000 o 15.000 నం (según autores), limitando con las microondas.
Su descubrimiento se debe a W Herschel, quien en 1800 detectó en el espectro de la radiación solar un aumento importante de temperatura en la zona situada más allá del rojo, de la que no provenía ninguna luz visible. Posteriormente, Kírchhoff, Wien y Stephan estudiaron de forma experimental sus leyes y propiedades. Según los efectos biológicos, suelen dividirse en IR distales (entre los 15.000 y 1.500 nm) e IR proximales (entre los 1.500 y los 760 nm).
Desde el punto de vista terapéutico, es una forma de calor radiante, que puede transmitirse sin necesidad de contacto con la piel. Produce un calor seco y superficial, entre 2 y 10 mm de profundidad.
Los equipos más comúnmente empleados son lámparas IR o emisores no luminosos, que se disponen solos o en grupo, en función de si el tratamiento es local o baño de IR (parcial o completo). En este caso, suele tratarse de varias lámparas (entre 4 y 9) de 60 W, dispuestas en उन túnel reflector que cubre al paciente. Sea cual sea el tipo de emisor que hay que utilizar, los reflectores deberán estar limpios y brillantes, para aprovechar al máximo el rendimiento, y la conexión eléctrica debe tener toma de tierra, para evitar accidentes por derivación de la corriente.
En el caso de las fuentes no luminosas, debe tomarse la precaución de conectarlas entre 5 y 10 minutos antes del tratamiento, para el precalentamiento de la fuente. En la actualidad, es más frecuente el uso de lámparas incandescentes para la terapia con IR. Aunque la radiación IR proximal penetra algo más en profundidad, se ha descrito que la sensación subjetiva de incremento de la temperatura superficial no difiere entre un tipo u otro de emisores.
Según la potencia de la lámpara (150-1300 W), ésta se dispondrá a suficiente distancia de la piel, habitualmente entre 40 y 60 cm. Hay que tener en cuenta la ley del inverso del cuadrado de ladistancia para modificar la dosis y la ley de Bunsen-Roscoe para calcular el tiempo de exposición. De esta forma, a una distancia doble, la intensidad se reduce 1/4, por lo que el tiempo deberá aumentarse 4 veces para mantener la misma dosis.
La lámpara debe colocarse de forma que el haz incida perpendicularmente sobre la piel. Hayquien recomienda no ponerlas en la vertical del enfermo, para evitar accidentes en caso దే caídas.
Debido al efecto relajante y descontracturante sobre la musculatura estriada, junto al aporte sanguíneo, tal vez una de las indicaciones más comunes la constituyen los espasmos musculares producidos por patología osteoarticular subyacente. También se recomiendan en situaciones como artritis reumatoide, artrosis, cervicobraquialgias y lumbociáticas en las que se pretende mejorar el espasmo muscular secundario, sin calentar las articulaciones especialmente en las formas crónicas. Igualmente están indicados en el dolor muscular en estados de tensión o tras el esfuerzo deportivo.
• En la enfermedad oclusiva arterial periférica se han descrito tratamientos con baños de IR para mantener el flujo adecuado de sangre, con la precaución de no elevar excesivamente la temperatura, lo que podríఅ aumentar la demanda metabólica y favorecer la gangrena. Estos tratamientos deben ser cuidadosamente controlados y debe vigilarse que no se produzca esta discrepancia circulatoria. Los signos de alarma son el dolor y, especialmente, la cianosis.
• En erosiones superficiales de la piel en zonas húmedas, como pliegues inguinales y glúteos, o en zona perineal se emplean aplicaciones muy suaves, con lámparas de 40W. El objetivo, además de aprovechar el efecto trófico y antinflamatorio, es contribuir a secar la zona, pues la humedad de los pliegues dificulta la cicatrización de las erosiones.
• Por su efecto sedante y analgésico, la terapia IR está indicada en dolores irritativos, que no soporten el contacto con termóforos, como neuritis y neuralgias.
• El baño de IR tiene interés en problemas circulatorios que cursen con hipertensión, por el efecto vasodilatador, y en el estrés, por su efecto sedante y relajante.
• En medicina deportiva, en ocasiones se utilizan toallas húmedas para cubrir la zona que హే que tratar, con la finalidad de no expulsar la sangre del lecho capilar tratado y provocar una estasis más importante en la zona, pues el calor seco favorece la expulsión de la sangre una వెజ్ se ha aumentado el flujo sanguíneo. Hay que vigilar la piel y retirar periódicamente las toallas,con el objeto de evitar quemaduras.
• La relajación e hiperemia muscular hacen que los baños de IR y las aplicaciones locales resulten
muy eficaces para preceder el ejercicio o el masaje.
• En medicina estética se emplean, por el efecto relajante, como preparación para el masaje o aplicación de tratamientos tópicos, en los que la vasodilatación favorece la absorción de éstos.
• En instalaciones de crenoterapia y talasoterapia, suelen acompañarse las aplicaciones de barros y algas de baños de IR; ello proporciona sedación y vasodilatación bajo un calor suave, lo cual, además de hacer más agradable el tratamiento, contribuye a la absorción cutánea de las sales y principios contenidos en las aplicaciones.
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