Qi y corazas musculares



Las emociones afectan al ser humano de diversas maneras, la generación de gestos y corazas musculares ante eventos que nos causan placer o dolor son inevitables porque forman parte de nuestra expresividad.Cuando las sensaciones son intensas, generan una memoria que perdura y que luego volverá a ser activada cada vez que una sensación similar aparezca. Cuando sufrimos una pena y sollozamos o lloramos, el diafragma tiende ascender y la inhalación es más larga que la exhalación. Esto genera una sensación de frío corporal y una limitación en la expansión de los pulmones, que en la medicina tradicional china se asocia a la tristeza y la melancolía. Si la musculatura diafragmática no se reacomoda porque la sensación fue muy intensa, estaremos con el llanto a flor de piel y quedaremos expuestos a brotes de hipersensibilidad ante las situaciones más insignificantes. Cuando la situación es de alegría o cuando nos reímos, se genera un brusco descenso del diafragma, que al golpear la cápsula suprarrenal causa calor y euforia, aumentando la producción de sustancias como la adrenalina. La exhalación se vuelve más larga que la inhalación y el fuego del corazón se aplaca, como diríamos desde la medicina tradicional china.Ya las viejas tradiciones shamánicas chinas conocían las técnicas de la emisión de sonidos para regular las emociones y el ánimo. Los sonidos clásicos del Hen y del Ha proporcionaban las claves para reacomodar el diafragma y ajustar la emoción a través de la respiración.
El sonido Hen se practica en inhalación –es similar al sollozo- y a través de su acción elevadora del diafragma, equilibra a las personas eufóricas, extremadamente yang, que les cuesta dormir y que sienten con frecuencia calor corporal.El sonido Ha es una exhalación fuerte, similar a la risa, que colabora en el descenso del diafragma para aumentar el calor corporal y activar a las personas yin, que tienen sus fun-ciones corporales lentas y carecen a veces de la voluntad necesaria para completar sus tareas diarias.La práctica cotidiana de este antiguo método de Chi Kung de manera preventiva, ayuda a equilibrar la mente, a controlar mejor el músculo diafragmático y a desarrollar una mejor defensa mental frente a los inevitables avatares de nuestra vida.
En las formas de las Artes Marciales externas los movimientos más ofensivos tienen la misma intención, que es la de liberar el Chi del pecho a través del sonido, para que no quede estancado en el cuerpo y pueda ser expulsado mediante un golpe. En China se usa el sonido “Ha” y en Japón el “Kiai”.Pero las corazas musculares no tienen un lugar fijo de aparición, se pueden dar en cualquier parte, según el gesto que generemos de manera reiterativa. Por eso vemos gente que ante situaciones críticas se contractura en los trapecios, en los músculos vertebrales, etcétera. Estas contracturas bloquean la circulación de la sangre y también de la bioelectricidad. Ante una contractura cervical severa, no sólo la sangre no irrigará bien y notaremos mareos o un síndrome vertiginoso, sino también que la bioelectricidad (el Chi) congestionará esas áreas y esto generará dolor.Las vías de escape de la energía son las puntas y las zonas de menor resistencia, es por eso que la relajación, que es base y principio de la práctica de Tai Chi, genera una no resistencia y una movilización del Chi y de la sangre. Las memorias musculares que se activan ante eventos emocionales bloquean el Chi y causan enfermedad, pues la energía y los fluidos deben circular en el cuerpo, de lo contrario generan calor, inflamación o infecciones. Las corazas son pensamientos cristalizados en la materia, actitudes corporales de defensa ante situaciones que no podemos controlar.

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